Fermentado en depósitos de acero inoxidable y cemento, este vino joven, hace la malolàctica y se deja reposar en los depósitos varios meses donde se estabiliza de forma natural. Antes de embotellar se clarifica ligeramente y después pasa casi un año de crianza en botella a la bodega antes de salir al mercado, esto ayuda a equilibrar el vino convirtiéndolo en un vino fresco, redondo y muy representativo de cada añada.